Ya estamos en plenas vacaciones, tiempo para el ocio, el relax y el disfrute de los placeres. El cambio de costumbres que muchas personas efectúan es estos días no debe estar reñido con el cuidado de nuestra salud y la de toda la familia, ya que nos exponemos a factores de riesgo que son fácilmente eliminados con un poco de atención. Los principales problemas de salud que suelen darse en estos días son las infecciones respiratorias, las quemaduras solares y las enfermedades que se transmiten por el consumo de agua contaminada y alimentos en mal estado.
Por eso, es sumamente importante cuidar los alimentos que consumimos: en vacaciones comemos más asiduamente fuera de casa, y son más habituales las enfremedades diarreicas y gastrointestinales. Por tal razón es importante tomar precauciones en el consumo de agua y alimentos, evitar comer en la calle o en lugares poco salubres, beber agua embotellada y lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño.
Se debe huir de una exposición prolongada al sol. Mantenerse correctamente hidratado, evitar la exposición a las horas del mediodía, cubrirse la cabeza con una gorra o pañuelo y aplicarse crema con el factor de protección adecuado son recomendaciones especialmente importante para los niños y las personas de la tercera edad, pero que deben ser de cumplimiento general para evitar cualquier problema de piel, insolaciones, etc.
Las enfermedades respiratorias como la gripe, bronquitis, amigdalitis, pulmonía, neumonía y asma suelen incrementarse en esta época: los baños en el mar, cambios de temperatura, las bebidas frías y los niveles de polen se confabulan para ello. Para prevenirlas se recomienda evitar las oscilaciones térmicas, abrigarse adecuadamente durante las noches y consumir frutas y verduras amarillas o anaranjadas, ricas en vitamina A y C.
Siguiendo estas sencillas recomendaciones, tú y los tuyos podéis disfrutar de unas vacaciones divertidas y saludables, sin complicaciones.
