Los yogures son muy tradicionales en el día a día de muchas personas. De hecho, cada vez más gente empieza la jornada tomándose un yogur por la mañana o bebiéndose el típico bífidus antes de salir corriendo de camino al trabajo. El yogur no solo posee un rico sabor si no que, además de aportar calcio a nuestro organismo, es capaz de favorecer la flora intestinal de nuestro organismo.
Pero este no es, ni mucho menos, el único beneficio que nos aporta. Por ejemplo, si tenemos que tomar antibióticos, es bueno que consumamos yogures, ya que vamos a favorecer la flora de nuestro intestino, gravemente repercutida por este tipo de medicamentos si los tomamos en ayunas. El ayudar a nuestra flora será muy útil para corregir capítulos de estreñimiento o de diarreas. Y, por supuesto, va a favorecer a nuestro sistema intestinal.
Por otro lado, cada vez que nos tomamos un yogur, nos encontramos con una fuente muy importante de calcio, magnesio y fosfato, que son minerales muy importantes para tener nuestros huesos fuertes y sanos. El yogur es capaz de trasmitirnos estos minerales, incluso, en cantidades mayores que la propia leche. Y es que, antiguamente, este alimento era visto como un medicamento, gracias a todos los beneficios que en él podemos encontrar.
Entre la amplia variedad de yogures que hay en el mercado, seguro que encuentras uno que te siente bien. De hecho, un dato curioso es que posee menos colesterol y grasas que la propia leche. Así que si piensas que tomar yogur va en contra del régimen que has empezado, no te preocupes, puedes optar por aquellas variedades elaboradas con leche desnatada.