Los estrógenos son las hormonas femeninas responsables de las características sexuales femeninas, la formación de las mamas y la aparición del ciclo menstrual. Son unas hormonas que están presentes en el organismo de la mujer desde la pubertad y hasta la menopausia, cuando los niveles empiezan a disminuir.
El organismo lucha contra este descenso de estrógenos con la producción en la hipófisis de otras dos hormonas, que son las responsables de la aparición de los golpes de calor y los sudores nocturnos tan característicos de la menopausia.
La mujer produce de forma natural seis tipos de estrógenos, pero sólo tres están en cantidades notables: B-estradiol, estrona y estriol. El ovario produce el estradiol, del que se deriva la estrona y el estriol. Los estrógenos intervienen en muchas funciones del organismo de la mujer. Por ejemplo, influyen en el metabolismo de las grasas y el colesterol de la sangre. Gracias a la acción de los estrógenos los niveles de colesterol se mantienen bajos e inducen la producción del «colesterol bueno».
También ayudan a la distribución de la grasa corporal, actúan sobre el metabolismo del hueso, impidiendo la perdida de calcio del hueso y manteniendo la consistencia del esqueleto. Estimulan la líbido y la formación del colágeno.
Existen unas sustancias de origen vegetal que son similares a los estrógenos, los fitoestrógenos. Se encuentran en más de 300 especies de vegetales, hortalizas, legumbres, frutas y cereales integrales, y los más comunes son las isoflavonas de la soja. Los fitoestrógenos son una forma de tratamiento hormonal natural sin los inconvenientes de los estrógenos, muy útiles durante la menopausia.