El huevo es mucho más que un alimento es en sí mismo un prodigio y un misterio de la naturaleza. De gran importancia nutricional, su sabor, color, textura y cualidades organolépticas lo han convertido en un alimento básico en la cocina de hoy, aunque no siempre ha sido así y durante años ha tenido cierta mala prensa.
Los profesionales de la nutrición nos aconsejan que si estamos sanos, podríamos consumir un huevo de gallina por día, en el contexto de una dieta equilibrada y con actividad física.
El huevo sólo aporta 70 calorías, como la media de la fruta, y además de provee de la mejor proteína de los alimentos, gran variedad de vitaminas y minerales: A, E, D, Ácido Fólico, B12, B6, B2, B1, Hierro, Fósforo y Zinc. De hecho, toda la vitamina A, E, y D, todo se encuentran en la yema.
Antes se pensaba que el consumo excesivo de huevo aumentaba el colesterol, si bien es cierto que un huevo posee una alta densidad de colesterol, éste no afecta al colesterol sanguíneo en personas sanas, dado que no es el principal responsable del aumento, y aún diremos más, este alimento tiene la ventaja de tener un porcentaje de ácidos grasos poli y monoinsaturados muy alto, y por tanto más cantidad de grasas insaturadas que saturadas.
Hay un dato que certifica lo que hemos dicho, Japón, España y Francia son tres de los mayores consumidores de huevos, y a la vez, tienen los menores índices de mortalidad cardiovascular de los países industrializados del mundo.