Las judías verdes son una de las verduras más presentes en nuestra mesa. De hecho, quizás esta es una de las pocas verduras que no desagradan a los más pequeños, lo que seguramente podemos achacar a que se caracteriza por tener un sabor muy dulce. Nos encontramos con judías verdes de distintos tipos: las de color verde uniforme, las moteadas, las de verde muy oscuro, o las amarillas.
Su cultivo lleva existiendo desde hace más 500 años y era originario de Asia. En Europa, se inició su consumo tras el descubrimiento del continente americano. Hoy en día, se cultivan en todas las partes del mundo que se caractericen por tener un clima suave y son una de las verduras más habituales en la dieta mediterránea.
A nivel nutricional, se caracterizan por su gran cantidad de proteínas, minerales, ácido fólico, vitamina C y vitamina B. Esto hace que posea muchas propiedades diuréticas y digestivas. Sin duda, las judías verdes son muy recomendables si buscamos bajar de peso, ya que poseen una baja carga de calorías.
Por otro lado, son muy remineralizantes y su digestión es muy fácil, ya que no producen gases. Además, tienen muy poco sodio, lo que hace que sean idóneas para personas que sufren de hipertensión. Las judías verdes se pueden comprar a lo largo de todo el año, y se pueden conservar congeladas perfectamente. Pero, sin duda, el mejor momento para consumirlas es durante el verano. Una verdura fácil de hacer, que no debe faltar en tu mesa s quieres comer sano.