Pocos alimentos son tan populares en nuestra gastronomía como las patatas, o las papas, que es su nombre originario, ¡y pensar que hasta el siglo XVI no los tuvimos en nuestra mesa! Fue introducida en España y por ende en toda Europa por el conquistador Francisco Pizarro. Actualmente es el segundo alimento más consumido a nivel mundial, sólo superado por los cereales, puede que en esto tenga que ver que las podemos consumir todo el año, son baratas y combinan bien con carnes, pescados, mariscos o verduras.
La patata es un alimento rico en hidratos de carbono complejos, como el almidón, lo que es muy recomendable como fuente de energía y ayuda a mantener estables los niveles de glucosa en sangre. Además contiene agua y es una excelente fuente de proteínas, no tanto por su cantidad sino por la alta calidad biológica de éstas.
Otros alimentos ricos en almidón son el boniato y el maíz. Las papas aportan potasio, magnesio, vitamina B6, B1, es baja en sodio por lo que es excelente para personas con tensión arterial elevada.
El zumo de la patata cruda neutraliza la acidez gástrica y resulta muy apropiado contra la indigestión. También tiene vitaminas del grupo B que pueden ser muy recomendables para tratar lso trastornos de tipo nervioso: neuralgia, tos improductiva y calambres.
Además cuando la piel ha sido demasiado expuesta al sol la podemos calmar colocando un poco de patata rallada sobre la piel, o rodajas de éstas, lo que hace es soltar toda la humedad de la patata y esto nos refresca y alivia.