No siempre que tenga la piel irritada, roja y escamada se diagnosticará como psoriasis, pero ésta es una afección muy común, que aunque puede afectar a las personas a cualquier edad, comúnmente comienza entre los 15 y 35 años. Muchas veces se produce en episodios de tiempo, y luego desaparece. A pesar de su apariencia hay que saber que no es contagiosa, aunque sí perece ser hereditaria.
Hay factores que dificultan el tratamiento de la psoriasis como que la persona tenga faringitis estreptocócica e infecciones de las vías respiratorias; la piel seca; que haya lesiones en la zona afectada; algunos medicamentos como antipalúdicos, betabloqueadores y litio; el estrés o que se beba alcohol.
Es curioso, pero tratándose de una enfermedad de la piel se ha demostrado que el 30% de las personas con psoriasis también puede tienen artritis, una afección conocida como artritis psoriásica.
El enrojecimiento, piel irritada a parches, se observa con más frecuencia en los codos, las rodillas y el tronco, pero puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, también en el cuero cabelludo y en las uñas.
Además de utilizar lo que el médico le recomiende puede consultarle sobre los siguientes remedios: utilizar baños de harina de avena, que actúan calmante o la relajación y las técnicas anti-estrés, aunque no está claro el vínculo entre el estrés y las reagudizaciones de la psoriasis.
Ya hemos dicho que no existe ninguna forma de prevención conocida para la psoriasis, pero el hecho de mantener la piel hidratada y limpia ayuda a reducir el número de reagudizaciones. Los médicos recomiendan los baños o duchas diarias para las personas con psoriasis, pero con jabones suaves, o incluso sin ellos, sólo con agua.