A todos nos gustan los postres, los helados y las tartas. ¿A quién no? Pero debemos saber que este tipo de alimentos contiene gran cantidad de grasas saturadas y de azúcares que, en exceso, pueden acabar siendo perjudiciales para la salud.
Por eso debemos tratar de buscar alternativas. Más aun, si tenemos en cuenta que muchas personas no pueden tomar este tipo de alimentos. Desde los diabéticos, hasta aquellos que sufren sobrepeso. Cientos de personas tienen que resignase a no comer dulces o pasteles por sus patologías. Otros, simplemente, se autoimponen la tarea de vencer a la tentación. Si, seguro que más de algún conocido anda ya inmerso en la operación bikini de este verano…
Comer un dulce alegra a cualquiera. De hecho, con moderación puede ser todo un placer. El problema llega cuando hacemos un consumo excesivo de estos productos o cuando somos propensos a tener altos los niveles de azúcar en sangre.
Por todo ello, para tratar de evitar desórdenes nutricionales y poder brindar a las personas con patologías de la alimentación la posibilidad de disfrutar de estos placeres, cada vez son más las alternativas. Desde edulcorantes para evitar cargar los productos de azúcares, hasta el uso de leche desnatada en vez de entera.
Otros trucos para la fabricación de repostería más saludable son el abandono de aceites y grasas hidrogenadas y el uso de aceite de oliva virgen o de grasas vegetales. Aunque como siempre, la clave está en la moderación. En ocasiones especiales, como un cumpleaños, cualquiera puede tomar un pedacito de pastel. Mientras no se convierta en costumbre…